En el año 1959 un tal Edson Arantes Do Nascimento "Pelé" establecía una marca de goles auténticamente estratosférica. El, para muchos, considerado mejor jugador de la historia del fútbol consiguió batir la portería rival hasta 75 veces en ese año natural.
Catorce años más tarde, otro depredador del área, Gerhard "Torpedo" Müller establecía otra marca que se suponía que perduraría ya para el resto de la eternidad. El alemán enchufó 67 goles en la temporada 72/73 y la bestialidad de 85 en todo el año 1972.
Yo, evidentemente, no he visto jugar a ninguno de los dos y, si les conozco, es por los vídeos que circulan a través de internet con muchos de sus goles. Tampoco vi jugar a Alfredo Di Stefano ni a Johann Cryuff, también considerados entre los cuatro mejores de la historia. Y pillé ya la cuesta abajo del gran Diego Armando Maradona. A mis hijos les contaré los goles que eran capaces de meter los Romario, Ronaldo o Bebeto, la clase de Laudrup o Zidane repartiendo el juego, la bestia atlética del fútbol que es Cristiano Ronaldo y sus cifras goleadoras maravillosas con el Real Madrid, la Selección de locos bajitos con falso 9 que nos llevaron a ganar Eurocopa-Mundial-Eurocopa... Seré un abuelo cebolleta en esto del fútbol.
Pero, sobre todo, les contaré que en mi máxima "plenitud" futbolística, durante mi juventud, vi a un enano argentino con déficit de hormona del crecimiento en la infancia, que a medida que iba haciéndose mayor fue destrozando todos los récords que se ponían a su paso. Les hablaré de Lionel Andrés Messi, de "La Pulga", de un "D10S" del fútbol. De aquel que en mayo de este año decidió terminar con el récord de Müller de los 67 goles marcando 68, del que en octubre dejó atrás a Pelé en el año natural y del que ayer, con un nuevo doblete en Liga (desde Zarra nadie había encadenado 5 dobletes seguidos), dinamitaba el estratosférico récord del Torpedo Müller.
No existen calificativos para definirle, se han acabado todos. Hace lo que quiere y cuando quiere. Se beneficia de un equipo que se sacrifica defensivamente para que él ponga todos sus sentidos en las jugadas de ataque. Esos 86 goles han sido de todos los colores, la mayoría con la izquierda, pero también con la derecha, de rebote, de falta directa, de penalti, de empujarla, de jugadón, de disparo desde fuera del área e incluso de cabeza. También le ayudaron a dinamitar el inalcanzable pichichi de Cristiano Ronaldo y dejarlo en 50 goles que le valieron ser el primer jugador de la historia en ganar la Bota de Oro llegando a 100 puntos.
Muchos dirán que le falta ganar un Mundial para poder ser considerado uno de los mejores de la historia. Ni Di Stefano ni Cruyff lo ganaron y nadie discute que están entre los cuatro grandes. Sólo el tiempo dirá dónde acaba dejando su tope Leo Messi. ¡Qué bueno es que podamos disfrutar de él!
"Mi ser mitológico favorito es el hombre que, sin ser forofo del Real Madrid, dice que Cristiano Ronaldo es el mejor del mundo". Visto en twitter ayer.
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